Un lugar donde combinar dos placeres: compras y gastronomía tradicional
Inca ha sido durante décadas un importante centro de manufactura y venta de artículos de piel, como bolsos, chaquetas, zapatos, carteras y otros complementos. Su próspera industria local nació en el siglo XIX de la mano de pequeños talleres artesanos que con el tiempo se convirtieron en fábricas en las que trabajó gran parte de la población de la comarca. Hoy la ciudad mantiene gran parte de aquella tradición, cuya historia se descubre en el Museo del Calzado y la Piel.
Inca es la cuna de marcas peleteras de fama internacional como Yanko o Camper, así como de firmas que hace décadas que crean tendencia en la moda, como Lottusse, Farrutx, Kollflex, Barrats o Munper, entre otras. Muchas disponen de tiendas outlet en la localidad, donde encontrarás todo tipo de calzado para mujer, hombre y niño, bolsos, carteras, chaquetas, chalecos, cinturones, guantes, sombreros, bolsos de viaje, maletines, monederos, billeteros y artículos de bisutería.
La historia reciente de Inca se forjó con la industria peletera, y la ciudad está salpicada de monumentos dedicados a zapateros locales cuya actividad fue un motor económico insular. El Museo del Calzado y de la Piel permite conocer su historia, con una exposición permanente de maquinaria y objetos relacionados con la industria peletera. Se encuentra ubicado en un antiguo cuartel militar inaugurado en 1915, formado por un cuerpo principal con patio de armas y varios pabellones.
Es ciudad emprendedora y comercial, es profusa en tiendas de ropa y complementos, sobre todo en las calles que rodean la céntrica plaza de la iglesia, donde se alza la iglesia de Santa Maria la Major. En la plaza, con un tramo porticado, hay bares con terraza muy concurridos, sobre todo los jueves, cuando se celebra el mercado semanal, con decenas de paradas de productos de la tierra, ropa, complementos, juguetes, bisutería, artesanía y menaje.
La ciudad también es conocida por sus cellers, antiguas bodegas transformadas en restaurantes de cocina tradicional. Algunos conservan las enormes botas de vino de madera, y suelen estar decorados con objetos relacionados con la vida agrícola y con telas de llengos (de lenguas) características de Mallorca. El mejor lugar donde degustar platos típicos como el frit (frito) —carne y hortalizas troceadas, fritas y especiadas— o el tumbet, combinación excelsa de berenjena, patata y pimiento rojo.
Asimismo, abundan los hornos y pastelerías, algunas de gran renombre, conocidas por sus elaboraciones de pasta de milhojas, como los cremadillos —rellenos de crema o chocolate— y las galletas de Inca, duras y saladas, ideales para comer solas o acompañadas de embutidos.
Inca se encuentra a 30 km de Palma, y puedes llegar a la ciudad desplazándote cómodamente en tren desde la Estación Intermodal de la capital, con una gran frecuencia horaria.
El sabor de la huerta
Un delicioso plato histórico
Un espacio para la historia de la industria del calzado y de la piel, motor económico de Inca
La ciudad de Inca se transforma en un enorme mercado al aire libre
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