Producto de la tierra Ensaïmada de Mallorca

La ensaimada es una pasta azucarada con base redonda y forma de espiral. Se prepara con harina de fuerza, agua, azúcar, huevos, masa madre y un ingrediente clave que le da nombre: el saïm (manteca de cerdo). 

La masa requiere un tiempo de fermentación largo (un mínimo de 12 horas, nada menos).Una vez lista, se le da forma partiendo de una tira, a la que se le dan dos o más vueltas en el sentido de las agujas del reloj, formando la espiral.Finalmente se hornea, y normalmente se remata con una capa de azúcar en polvo. 

El resultado, una masa crujiente, dorada y untuosa por fuera, y suave por dentro.Toda una delicia de la que ya se tiene constancia desde el siglo XVII, y que desde 2003 está reconocida como Indicación Geográfica Protegida (un sello que incluye a la ensaimada tradicional y a la de cabello de ángel).

La ensaimada original se presenta sin relleno o lisa. Pero hay otras formas de prepararla, que pueden variar según la época del año y la imaginación del repostero: las hay rellenas de nata, de chocolate, de crema quemada, de cabello de ángel, con albaricoque y en Navidad incluso rellena de turrón... También hay una, llamada de tallades, a la que se le añaden trozos de sobrasada y calabaza confitada, típica durante la época de carnaval.

Muchas ensaimadas sepreparan en hornos tradicionales, regentados pormaestros panaderos que han transmitido su buen hacer de generación engeneración. Entrar en uno de esos hornos, especialmente si aún huele aensaimada recién horneada, es un placer y una provocación.

La ensaimada, en su formato individual, es ideal para desayunos o meriendas. Sumérgela sin contemplaciones en café con leche o chocolate a la taza... Sin palabras. Las de tamaño grande son el postre recurrente en las celebraciones de los isleños. Pero su fama se extiende más allá de las fronteras de Mallorca, a lo que ha facilitado su comercialización en las típicas cajas de cartón octogonales que tanto se han circulado por el aeropuerto, pues pocos se resisten a abandonar la isla sin llevarse uno de sus sabores más preciados.