El mayor refugio natural del Mediterráneo
El puerto de Maó es una embocadura natural situada en la parte más oriental de Menorca. Históricamente ha sido clave para el dominio de la isla. De ahí que esté repleto de edificios históricos, que se convierten en un atractivo turístico que merece la pena visitar.
La mejor forma de apreciar la belleza del puerto de Maó es llegando a él por mar en alguno de los servicios de ferri regular provenientes de Palma, Barcelona o Valencia. Tiene una longitud que supera los cinco kilómetros, se adentra como una lengua de agua desde el extremo más oriental de la isla hasta las mismas puertas de la ciudad de Maó.
Su existencia está ya registrada en el siglo III aC, pues ofrece un refugio inigualable para los navegantes. En Maó ha dejado huella el paso sucesivo de fenicios, griegos, rodios, focenses y cartagineses. Y en épocas históricas más recientes, ingleses y franceses, que dominaron Menorca en diferentes periodos. Prueba de ello son las torres y fortificaciones que hoy se conservan alrededor de todo su puerto.
En la orilla sur de la bocana, cabe destacar el antiguo castillo de San Felipe, levantado a mediados del siglo XVI, cuyas galerías subterráneas podrás visitar en un emocionante recorrido nocturno; y la localidad de Es Castell, donde se encuentra el Museo Militar en S’Esplanada, la plaza que contiene los edificios más significativos de la localidad.
En el lado septentrional se erige la fortaleza de La Mola, una de las mayores fortalezas construidas en el siglo XIX durante el reinado de Isabel II. La visita a esta imponente construcción te permitirá descubrir los valores arquitectónicos, naturales y paisajísticos de este magnifico lugar.
El puerto de Maó alberga además pequeñas islas que todavía lo hacen más atractivo. La mayor es la isla del Lazareto, llamada así porque albergó un hospital entre principios del siglo XIX e inicios del XX. Ahora, durante los meses estivales se realizan visitas guiadas a la isla de dos horas de duración. Adentrándonos en el puerto hallamos la Illa de la Quarentena, o la Illa del Rei, bautizada así en honor de Alfons III.
Las orillas del puerto están jalonadas de calas como Cala Llonga, Cala Rata, Cala Figuera, Cales Fonts o Cala Pedrera.Los practicantes de los deportes náuticos disponen de cuatro zonas de amarre: Sa Colàrsega, Cala Llonga, junto a Punta de Cala Rata y en Illa del Rei.
En el paseo marítimo encontrarás una amplia oferta gastronómica y de ocio para pasar una agradable velada, donde degustar algunos de los platos tradicionales de la isla como la caldereta de langosta. Además, los amantes de la ginebra tienen la posibilidad de conocer las destilerías de Gin Xoriguer, que poseen un establecimiento tradicional en el Muelle de Ponent.
Una manera interesante de conocer el puerto de Maó es a bordo de los catamaranes turísticos que lo recorren de abril a octubre.
Instalación Náutica
Una imponente fortaleza, guardiana del puerto de Maó
Intalación Náutica
Una fortificación británica del siglo XVIII convertida en centro de interpretación histórica
La esencia del mar menorquín
Herencia británica
La historia militar de la isla, desde la prehistoria hasta nuestros días
Una fortaleza sanitaria, como puerta de entrada de los buques procedentes de África
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