Museo Monestir Miramar

La "possessió" de Miramar  se encuentra flanqueada por los predios de s’Estaca y de son Marroig, al límite del término de Valldemossa. Su origen (1276) se debe a la iniciativa de Ramon Llull, quien impulsó allí un colegio misionero dedicado al estudio de la teología y la lengua árabe, regido por la orden de los frailes menores. Previamente, el rey Jaime II había permutado la propiedad a los cistercienses, quienes la poseían desde una donación del conde Nuño Sanz.

Cuando los frailes menores abandonaron el colegio (finales del siglo XIII), pasó a ser propiedad de los cistercienses, quienes volvieron a renunciar a su derecho (1337) a favor del infante Fernando. En el último cuarto del siglo XIV fue ocupado por los monjes ermitaños procedentes del vecino santuario de la Trinidad. Los jerónimos y dominicos se sucedieron en la posesión del colegio hasta que fue ocupado (1457) por los lulistas B. Caldentey y F. Prats, quienes junto a N. Calafat fundaron (1485) una imprenta donde se estampó el primer libro publicado en Mallorca.

El colegio fue perdiendo uso hasta que el obispo Vich y Manrique ordenó la supresión del oratorio (1599). Por decreto de las Cortes de Cádiz, el conjunto fue puesto a la venta (1811), pasando a manos particulares y acentuándose el proceso de derrumbe de la iglesia y parte de las casas. El archiduque Luis Salvador adquirió la propiedad (1872) restableciendo el oratorio y restaurando los restos del edificio, cuya casa quedó reducida a una cuarta parte de la original, salvando algunas arcadas del patio y utilizando materiales procedentes de otras construcciones, como las arquerías de la parte posterior de la casa, originarias del claustro conventual de Santa Margarita, de Palma. 

La propiedad original fue ampliada por el archiduque al comprar numerosos predios vecinos, a los que hizo accesibles mediante senderos articulados por medio de miradores, entre los que destaca un templete de factura clasicista, definido por una base circular de cuatro escalones, sobre la que se alzan ocho columnas jónicas que sostienen una cúpula semiesférica, desde donde se puede observar parte de la costa mallorquina.

Del antiguo claustro de Miramar se conservan cuatro columnas recuperadas por el archiduque, que nos dan idea lo que pudo ser el claustro gótico de Ramon Llull. La fachada de la casa conserva el dibujo que el Archiduque encontró en las casas de Establiments, en la actualidad prácticamente desaparecido. 

En la planta baja de la casa se conserva el suelo del antiguo monasterio del siglo XIII, la cocina de los monjes y una maqueta y un camarote de la embarcación Nixe, del Archiduque, junto a muebles, libros, cámaras fotográficas e instrumentos de navegación originales. En otra sala se halla el cenotafio de Wratislao Vivorny, primer secretario del archiduque, obra de Antonio Tantardini. En la antigua cuadra de animales se halla una pequeña biblioteca sobre Ramon Llull.