Illes Balears en primavera

La primavera es una época del año especialmente bonita en Mallorca. La temperatura es agradable, lo que hace que sea una época excelente para realizar actividades al aire libre, como callejear por Palma, Alcúdia o Pollença, degustar una estupenda paella junto al mar o probar los variats en alguna terraza de la ciudad. Pero esta época es especialmente apreciada por los amantes de la naturaleza en su estado más natural. Es fantástica para practicar deporte al aire libre o llenarse los pulmones de aire puro en su espectacular entorno natural, a través de las múltiples rutas cicloturistas y senderistas. Además, los humedales de la isla cobran vida en la primavera, donde multitud de aves migratorias descansan antes de continuar su camino.

El verde intenso del invierno de Menorca da paso a una explosión de mil colores en primavera. En esta época del año el sol comienza a dorar la isla y ofrece la posibilidad de realizar los primeros baños del año en increíbles y solitarias calas vírgenes. Es una época perfecta para descubrir su legado talayótico, ya que los talayots, navetas, taulas y poblados prehistóricos son monumentos que se encuentran al aire libre. También es un planazo recorrer sus rincones costeros a través de excursiones por el Camí de Cavalls andando, en bici o a caballo. Además, se trata de una época perfecta para practicar birdwatching, ya que Menorca es zona de descanso de multitud de aves migratorias, que aprovechan su tranquilidad y la frescura de sus humedales.

Ibiza en primavera comienza a despertar. Los días pasan a ser más largos y cálidos, pero sin los extremos del verano, lo que hace que sea posible darse un baño rápido en sus paradisíacas calas, sin la afluencia de visitantes del verano. La primavera es ideal para visitar sus monumentos al aire libre: recorrer las murallas renacentistas de Dalt Vila que son Patrimonio de la Humanidad, descubrir el poblado fenicio de Sa Caleta o el Puig des Molins. Conocer sus mercadillos hippies es un must, así como recorrer sus iglesias blancas fortificadas o explorar sus caminos rurales. Además, se trata de una época excelente para practicar deportes náuticos, como navegar a vela o recorrer sus impresionantes acantilados en kayak.

Formentera en primavera es un auténtico paraíso natural y mediterráneo, ideal para reconectar con uno mismo, con la sencillez y la naturaleza. Sus campos se visten de mil colores y sus calas paradisíacas ofrecen la posibilidad del primer baño del año. Los atardeceres desde uno de sus chiringuitos a pie de playa son un placer para los sentidos. Son unos meses ideales para descubrir la ruta de los faros de Formentera y realizar deportes acuáticos, como kayak, paddle surf o navegación a vela, y así descubrir los bellos rincones de la isla desde el mar. Además, es una época magnífica para practicar birdwatching, ya que la isla es una zona de descanso para multitud de aves migratorias.