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    Los faros de Menorca en bicicleta

    Recorre las torres que vigilan los acantilados de la isla de forma sostenible

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Recorre las torres que vigilan los acantilados de la isla de forma sostenible


Día 1: Faro de Punta Nati


Si hay algún lugar en Menorca donde se pueden ver magníficas puestas de sol, es sin duda el faro de Punta Nati. Esta torre vigía está situada en Ciutadella, a tan solo 6 kilómetros al norte del término municipal y, a su vez, en el extremo occidental de la isla, por donde precisamente se pone el sol. Por lo tanto, llegar hasta allá no supone ningún desafío, sinó más bien al contrario: con salida desde Ciutadella, será un agradable paseo de no más de 30 minutos. 

El sonado naufragio del vapor General Chanzy a principios del siglo XX motivó la construcción del faro de Punta Nati, que se alza imponente desde 1913 en un paisaje árido, inhóspito, un desierto ordenado por muros infinitos de pedra seca y barracas de ganado construidas con la misma técnica ancestral, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2018. Las líneas rectas de los muros y los blancos de la piedra caliza aparecen interrumpidos por rebaños de ovejas, matas de vegetación baja y, en verano, plantas de alcaparras en flor. En esta zona de Menorca no encontrarás árboles donde resguardarte del sol. Así que, si la visitas en verano, te recomendamos que lo hagas o bien a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Y, por supuesto, protégete con gorra, gafas de sol y crema solar. Ir a Punta Nati es como ir a un desierto de rocas puntiagudas.  

A medida que vayas llegando, veréis como el faro, de color blanco impoluto, va emergiendo fantasmagórico sobre intenso fondo azul marino. Hemos llegado a la costa norte de Ciutadella. Comprenderás entonces que ha sido una fantástica idea ir en bicicleta, ya que el aparcamiento es muy limitado. Llegar hasta las inmediaciones de la torre será un paseo de 10 minutos y podréis admirar de cerca las dos baterías de la Guerra Civil española, que los visitantes utilizan como palcos privilegiados para disfrutar de las increíbles puestas de sol que ofrece este paraje singular.



Día 2: Faro de Cavalleria


En esta ocasión vamos a guiarte para que visites de forma sostenible otro de los faros más bellos de Menorca: el Far de Cavalleria. Está situado en un paraje natural protegido de inmensa belleza y alto valor paisajístico, al norte del término municipal de Es Mercadal muy cerca de playas tan emblemáticas como Cavalleria, Binimel·là o Pregonda. 

Partimos desde el pueblo de Es Mercadal para emprender una ruta de unos 16 kilómetros, que se traduce en aproximadamente una hora de pedaleo. Nos dirigimos hacia el noroeste, tomando el Camí de Tramuntana en dirección a Cala Pregonda. El camino que se despliega ante nosotros es llano, asfaltado y sin dificultad. Atraviesa un paisaje de campos de cultivo, donde pastan apaciblemente rebaños de vacas de raza menorquina (marrones) y de raza frisona (de color blanco y negro, la típica vaca lechera). Es una zona de intensa producción agrícola, sobre todo quesera. Las fincas (o llocs, en menorquín) distribuidas a lo largo del trayecto nos ofrecen la posibilidad de adquirir productos autóctonos directamente del productor. Este entorno agrario, verde y bellísimo, se debe a la presencia de numerosos acuíferos de agua dulce y pequeños torrentes que atraviesan los campos, alimentando la fértil tierra.

Tras un agradable recorrido entre campos y fincas, llegaremos a un desvío a la derecha, claramente indicado como Far de Cavalleria. A medida que avanzamos, vamos abandonando el paisaje agrícola y adentrándonos en un entorno más boscoso. Los árboles nos rodean y el camino se vuelve más serpenteante mientras nos acercamos al imponente Faro de Cavalleria. La aridez del terreno se hace evidente conforme nos aproximamos a la costa.

El Faro de Cavalleria, testigo de la historia marítima de Menorca, nos recibe con su majestuosidad. Se inauguró en 1857 en una zona peligrosa para los navegantes, donde se han documentado más de 700 naufragios desde el siglo XIV. La antigua vivienda del farero aloja hoy un centro de interpretación que muestra las peculiaridades paisajísticas de la zona y detalles sobre el faro. En el exterior, se instalaron itinerarios guiados con versos de conocidos poetas y con frecuencia se celebran conciertos de música clásica.



Día 3: Faro de Artrutx


Nuestro punto de partida vuelve a ser Ciutadella, esta vez para visitar el Faro de Artrutx, un viaje de aproximadamente 10 kilómetros que nos llevará, aproximadamente, unos 45 minutos pedaleando.

Comenzamos nuestro recorrido por el tranquilo Camino de s'Hort de Ses Taronges, desde la Ronda Sur de Ciutadella. Se trata de una vía asfaltada, llana y fácilmente practicable, rodeada de pequeños huertos particulares y exuberantes campos de árboles frutales. En este camino hay poco tráfico, el ambiente es silencioso y el paisaje es rural y pintoresco, delimitado por los típicos muros de pedra seca invadidos por vegetación autóctona, como matas o zarzamoras. El ambiente rural nos rodea mientras avanzamos entre los campos, disfrutando del aroma fresco y la tranquilidad del paisaje.

Después de unos kilómetros, nos encontramos con la carretera ME-24, una vía de asfalto que conecta Ciutadella con otras localidades de la isla. Esta carretera es muy concurrida, por lo que es importante estar atentos y vestir ropa llamativa y visible para garantizar nuestra seguridad en el camino.

Continuamos nuestro trayecto por la ME-24, compartiendo la carretera con otros vehículos mientras nos dirigimos hacia el Faro de Artrutx. A pesar del tráfico, seguimos disfrutando del paisaje agrícola y de los rebaños de ovejas pastando tranquilamente al sol. 

Después de unos kilómetros más de pedaleo por carretera, observaremos unos carteles que nos invitan a desviarnos a la derecha para ir a la urbanización del Cap d’Artrutx y a  Miradores. Aunque podríamos llegar siguiendo todo recto, te invitamos a girar a la derecha para disfrutar el paseo marítimo y de una ruta mucho más tranquila, sin tanto tráfico. Pedalea un rato junto a los acantilados y admira los bellos apartamentos en primera línea hasta llegar al Faro de Artrutx. 

Al llegar al faro, nos detenemos para admirar su belleza y tomar un merecido descanso. El paisaje nos invita a reflexionar sobre la grandeza del mar y la historia marítima de la región. Sus instalaciones se inauguraron en 1859 y la vivienda del farero es hoy un restaurante. La existencia de una cueva submarina en las cercanías producía temblores en el edificio, llegando incluso a romperse algún cristal de la linterna. Por eso, añadieron unos contrafuertes a la torre, adquiriendo con ellos su aspecto actual, único entre los faros de las Islas Baleares.

Además, la antigua vivienda del farero alberga hoy un bar restaurante. ¡Es el lugar perfecto para disfrutar de un momento de tranquilidad y de la brisa marina antes de emprender el regreso a Ciutadella!



Día 4: El faro Favàritx


Hoy tomaremos el Camí de Cavalls para recorrer la ruta más larga y más técnica de nuestro recorrido en bicicleta por los faros de Menorca. Es un reto, pero merece la pena: visitaremos el emblemático Faro de Favàritx pasando por el Parc Natural de l’Albufera des Grau, el núcleo de la Reserva de Biosfera. Prevé en tu agenda un par de horitas pedaleando a la ida, y otro par a la vuelta. 

Partimos desde Maó para emprender la ruta hacia el Faro de Favàritx, ubicado en la costa norte de Menorca. Esta travesía tiene una distancia aproximada de 20 kilómetros en cada sentido y nos llevará a través de paisajes impresionantes y senderos pintorescos.

Una carretera asfaltada nos lleva en seis kilómetros desde el puerto de Maó hasta el pequeño núcleo de Sa Mesquida. Continuamos hasta el aparcamiento de la playa de Cala Mesquida, una playa familiar de aguas transparentes. Aquí, encontramos una torre de defensa construida durante la dominación británica del siglo XVIII y el peñón de Es Pa Gros, un impresionante acantilado de casi setenta metros de altitud.

Desde Cala Mesquida, seguimos una senda que recorre la costa, con algunos tramos técnicos mientras descubrimos calas rocosas escondidas. La ruta nos lleva al Macar de Binillautí y, momentáneamente, nos alejamos del mar para adentrarnos en el Parc Natural de l’Albufera des Grau. Esta área protegida es el núcleo de la Reserva de Biosfera, de altísimo valor medioambiental y un hábitat para numerosas especies de aves autóctonas y migratorias. 

Continuamos hasta el pintoresco pueblo blanco de Es Grau, que nos trae recuerdos de la Costa Brava. El sendero continúa hasta la extensa playa de Es Grau y luego hacia la solitaria Cala des Tamarells. Disfrutamos de la panorámica con la Illa d'en Colom enfrente y la Torre de Rambla en el lado norte.

Los siguientes kilómetros nos llevan por tramos de interior y calas vírgenes como Cala en Cavaller o Cala Morella Nou. Finalmente, llegamos a Cala Tortuga y Cala Presili, dos preciosas calas de mar cristalino y arena blanca, no muy concurridas, que ofrecen unas vistas impresionantes del Faro de Favàritx.

El Camí de Cavalls nos lleva hasta la carretera de acceso al faro. Al final de la carretera, encontramos el paisaje dominado por la roca negra del Cap de Favàritx y su faro. De hecho, es el único que te recomendamos visitar en días grises y de tormenta marítima, debido a la espectacular belleza de su paisaje abrupto, oscuro y escarpado. En combinación con el gris del cielo encapotado y la espuma blanca del mar bravo, le confieren un aspecto lunar y extraterrestre.

Como Punta Nati, este faro se construyó por los múltiples naufragios que habían tenido lugar en la zona, y se inauguró en 1922. Visitarlo en bicicleta es la mejor opción, ya que el acceso en vehículo particular está prohibido en los meses de verano. 



Día 5: Faro de Ciutadella


La última etapa del recorrido nos llevará desde Ciutadella hasta el Faro de Ciutadella, una ruta fácil de apenas 2,5 kilómetros que nos permitirá disfrutar de los encantos de esta ciudad menorquina sin salir de ella. Esta torre advierte de la cercanía de tierra justo a la entrada del puerto de Ciutadella. 

Descendemos por el Carrer del Portal de Mar, donde al caer el sol se colocan puestecitos de artesanía que añaden un toque pintoresco al paseo. Rodeamos la parte más antigua del puerto de Ciutadella, con sus pequeñas barcas tradicionales menorquinas amarradas en el puerto, los aromas de la gastronomía local que emanan de los numerosos restaurantes marineros y tascas de pescadores te abren el apetito. 

Cruzamos el puente y nos enfrentamos a un pequeño reto: subir la cuesta hacia el barrio de Dalt Sa Quintana. Una vez superado, seguimos la carretera hacia el Camí de Sa Farola, donde nos relajamos en un bonito camino bordeado de pinos y con el mar siempre de telón de fondo

Finalmente, llegamos al Faro de Ciutadella, situado junto a unas plataformas de baño muy populares entre los ciutadellencs por su belleza, cercanía y la limpieza de sus aguas, pese a encontrarse cerca del puerto. Esta torre fue inaugurada en 1863 y fue una de las primeras en recibir suministro eléctrico, en 1918. Desde las rocas escarpadas que lo rodean, podréis contemplar una inigualable vista del Passeig de Sant Nicolau, el puerto exterior y del perfil de la isla vecina, Mallorca.

Desde aquí, podemos disfrutar de una vista espectacular del mar Mediterráneo y del pintoresco puerto de la ciudad. Es el lugar perfecto para relajarse y contemplar la belleza de Menorca después de nuestra agradable ruta en bicicleta.



Dos faros más


Nos han quedado dos faros en el tintero. El primero es quizás el faro menos faro de la ruta, sin embargo encierra una sorprendente historia digna de ser conocida. Está situado justo en la bocana del puerto de Maó, uno de los puertos naturales más largos de Europa. Fue el más antiguo de Menorca, inaugurado en 1852. Sin embargo, su posición, muy cerca de una batería militar de costa, generó las protestas de los militares, ya que los haces de luz entorpecían las prácticas de tiro; y también de los fareros, atemorizados por las balas que, en ocasiones, entraban incluso en las dependencias del faro, poniendo en peligro sus vidas y la de sus familias. Por eso, en 1912 el faro se apagó y se sustituyó por un fanal móvil y el edificio se derribó en 1917. Parte del material demolido se utilizó para construir el faro de Favàritx.

Y, finalmente, el Faro de la Illa de l’Aire. Es el único faro de Menorca que se encuentra en un islote, justo en frente de la playa de Punta Prima, en el municipio de Sant Lluís. Se inauguró en 1860 y, con 35,3 metros, fue la torre más alta de las Illes Balears hasta la construcción del faro de Moscarter, en Eivissa, en 1977. Actualmente el acceso a la Illa de l’Aire no está permitido para proteger el alto valor ecológico del entorno, en el que habita una abundante colonia de una subespecie endémica de lagartija balear.

Puntos de interés

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