El equilibrio perfecto entre conservación, biodiversidad, paisaje, y actividad económica
Menorca fue declarada Reserva de Biosfera en 1993, incorporándose a un “club” del que solo forman parte medio millar de lugares en todo el mundo. La convivencia entre actividades económicas y la conservación de las reservas naturales son ejemplo de equilibrio territorial.
Ya han pasado más de dos décadas desde que, en 1993, el comité de coordinación del MaB (Man and the Biosphere) de la UNESCO declarara la isla de Menorca Reserva de Biosfera. El objetivo de esta figura es reconocer internacionalmente las áreas geográficas representativas de los diferentes hábitats de la Tierra. Las reservas de Biosfera se seleccionan por su interés científico en función de criterios relacionados con el desarrollo sostenible.
Entre los factores sobre los que se asienta este reconocimiento destacan por ejemplo la importante diversidad de hábitats mediterráneos y espacios naturales protegidos existentes en la isla como son el Parque Natural de s'Albufera des Grau, la Illa d'en Colom y el Cap de Favàritx; o la preservación de su litoral con amplias zonas de playas y calas vírgenes, con acantilados en los que anidan numerosas especies de aves protegidas e incluso con espacios interiores muy singulares, como el Barranc d’Algendar.
La totalidad de los municipios menorquines están incluidos en la declaración, formando parte de un territorio humanizado, con un paisaje rural tradicional muy rico. Los pueblos bien conservados en todas las zonas, los excepcionales cascos antiguos de Maó y Ciutadella y el rico patrimonio prehistórico, con los enigmáticos talaiots y taules diseminados por todo el territorio, amén de una economía ganadera tradicional, son otros de los elementos que han contribuido al reconocimiento de esta isla como Reserva de Biosfera.
Menorca ha optado por la sostenibilidad, para que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de los recursos naturales y de la belleza paisajística que la caracteriza.
La isla te ofrece un abanico de actividades respetuosas y compatibles con el entorno natural, como la de recorrer la isla por el Camí de Cavalls; pedalear por rutas señalizadas; realizar interesantes itinerarios botánicos como los de Pas d'en Revull, Es Torretó y Santa Eularieta; o practicar deportes como buceo, esnórquel, esquí acuático, piragüismo, vela ligera o windsurf entre otros.
Una completa inmersión en la naturaleza menorquina
Poblado en el que se sitúa la taula mejor conservada de Menorca
Uno de los mejores ejemplos de poblados talayóticos de Menorca y el segundo en extensión
La “capital prehistórica” de la zona de levante insular
Un museo municipal especializado en el patrimonio de Ciutadella
La única taula que permanece en pie en el término de Ciutadella
Vive una aventura legendaria por el histórico sendero que rodea la isla
Ciutadella a ritmo de maratón
Un yacimiento arqueológico que conserva intacta la monumental "T" central
¿Un camino? no. Un reto
Illes Balears Auténticas y Sostenibles