Un paraíso donde cultura y gastronomía se fusionan

Las Islas Baleares cuentan con cuatro reconocimientos de la Unesco. Por eso, es más que recomendable descubrir la Serra de Tramuntana,en Mallorca, el núcleo de la Reserva de Biosfera de Menorca, situado en el Parque Natural de l’Albufera des Grau, en Menorca, el recinto amurallado de Dalt Vila en Ibiza y las praderas de posidonia en Ibiza y Formentera. 

Además, hace varios años que Menorca prepara la candidatura para que la Unesco declare la Menorca Talayótica Patrimonio Mundial, debido a la alta densidad de monumentos megalíticos, la mayoría en un excelente estado de conservación, que sobreviven al paso del tiempo en sus escasos 700 km2, 

Por otra parte, es bien sabido que las Islas Baleares han servido de refugio para numerosos artistas y las han convertido en lugares de referencia para la inspiración y la creación artística. La reciente apertura de la galería Hauser & Wirth, en el islote de la Illa del Rei, en Menorca, es un ejemplo de la apuesta internacional por el arte en las Islas Baleares. 

Además, cuentan con un sin número de galerías y centros de arte repartidos por todo el archipiélago. En Ibiza podréis disfrutar de una auténtica ruta de arte contemporáneo a vuestra medida y revivir aquellos años en la isla fue punto de encuentro de artistas del más alto nivel. En Mallorca podréis explorar la oferta de galerías de arte, seguir el rastro del Modernismo y disfrutar del espectáculo lumínico que ofrece la catedral de La Seu, en Palma.  

Y como dijo el poeta Robert Louis Stevenson, “El vino es poesía embotellada”, no podéis iros de las Islas Baleares sin haber visitado alguna de nuestras bodegas y experimentado el estallido de sabor que provocan nuestros caldos. Tenemos dos DO: Plai Llevant y Binissalem, que ofrecen sus propias rutas enológicas, y también se celebran eventos en torno al vino balear, como la Fira del Vi en Pollença o la Festa des Vermar en Binissalem, que celebra el fin de la cosecha. 

Y qué mejor manera de finalizar una ruta cultural que probando los exquisitos platos tradicionales, preparados con productos de km. 0 que nos confieren un carácter único e irrepetible. No os podéis ir sin probar el frito y el tumbet mallorquín, la caldereta de langosta de Menorca, el bullit de peix de Ibiza o la ensalada con pescado seco en Formentera. ¡Ah! ¡Y no olvidéis probar los productos de la repostería tradicional, como la greixonera, las formatjades, la coca de trempó o la archiconocida ensaimada!