Atrévete a descubrir la Mallorca más desconocida

Alejarte de las bulliciosas costas turísticas te ofrecerá la oportunidad de sumergirte en la Mallorca más rural, en cuyo corazón continúan latiendo las costumbres y tradiciones más arraigadas, así como la actividad agrícola, y en la que se alza vigorosa la arquitectura tradicional de la isla. En esta Mallorca, el sosegado devenir de los días y la vida pausada de sus gentes conviven con unos paisajes llenos de contrastes a los que podrás acceder a pie, a través de caminos como el Camí de Raiguer o el célebre Barranc de Biniaraix, en coche o en bicicleta por tranquilas carreteras secundarias.

Constituido por caminos, bancales y construcciones de piedra en seco, en el entorno de la Serra de Tramuntana hallarás las posesiones, grandes fincas rurales en las que podrás diferenciar las casas de sus antiguos señores de las construcciones agrícolas de producción y almacenaje. No deberías irte sin antes pasear por las estancias repletas de historia de Son Marroig (Deià), Alfàbia (Bunyola) o la emblemática Raixa (Bunyola). Almazaras, molinos o norias de tiro configuran el bucólico paisaje que adornan viñedos y oliveras.

No obstante, en el centro y sur de la isla, serán los almendros, los frutales y las viñas los encargados de embellecer tu visita a los tradicionales molinos de viento o a las maravillosas bodegas mallorquinas.