No te pierdas los encuentros más esperados de la isla mallorquina
Las fiestas de Es Firó de Sóller y la Patrona de Pollença recrean las épicas batalla entre moros y cristianos, un espectáculo impresionante que no debes perderte.
Dos de las preciosas localidades mallorquinas enclavadas en la Serra de Tramuntana, celebran una de la fiestas más emocionantes y aclamadas de las Islas Baleares. Estas fiestas te trasladarán a un momento crucial de la historia de la isla de Mallorca, en la que estas poblaciones se defendieron del ataque de piratas enemigos.
En Sóller, el lunes posterior al segundo domingo de mayo, los sollerics celebran la popular y aclamada fiesta de Es Firó, que rememora la valiente resistencia del pueblo frente al ataque de los piratas sarracenos ocurrido en 1561. A las tres de la tarde el repique de campanas alerta a los ciudadanos de Sóller; llegan naves enemigas. Los payeses sollerics se reúnen en el centro del pueblo para ir a la gran batalla comandados por el Capitán Angelats que se encomienda a la Mare de Déu de la Victòria para librar este enfrentamiento.
Para presenciar el primer choque entre moros y cristianos nos tenemos que trasladar al Puerto de Sóller, primero a la playa de Can Generós donde tiene lugar un intento de desembarco por parte de los piratas y luego a la playa d’en Repic, escenario de la primera batalla. Los enfrentamientos se suceden en el Pont d’en Barona para terminar en el centro de Sóller, donde finalmente el bando cristiano se proclama vencedor.
Música en las calles, el humo de los trabucos y el choque de las espadas de los piratas te acompañarán a lo largo de esta mítica recreación, que se prolonga toda la noche con una gran fiesta.
En Pollença, la recreación de la batalla de moros y cristianos tiene lugar el 2 de agosto, día de su Patrona, Nuestra Señora de los Ángeles. La fiesta empieza a las cinco de la mañana cuando los pollensins entonan la emotiva Alborada; después se celebra una misa solemne y el tradicional baile de los Cossiers.
Por la tarde empieza el enfrentamiento entre los dos grupos de combatientes para defender la villa de Pollença. Celebrada desde 1860, la representación de la batalla se inicia en la plaza de la Almoina, donde el bando cristiano, vestido de blanco, se encuentra con los piratas moriscos, que se engalanan con ropas de miles de colores.
Poco a poco los corsarios retroceden hasta llegar a la iglesia de San Jorge (al final de la calle mayor) donde se produce la batalla final y se conmemora la victoria sobre los enemigos cantando un Tedeum en acción de gracias por la victoria conseguida.
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