Ciutadella, tras las huellas de la ciudad amurallada

La suave orografía y las reducidas dimensiones de Ciutadella nos permiten explorar los principales atractivos de la ciudad de la manera más sostenible: andando. Este recorrido a pie despierta la curiosidad y el deleite de aquellos que buscan explorar la historia y la cultura en un entorno de encanto mediterráneo. Esta ruta nos sumerge en la fascinante evolución de Ciutadella, tejiendo las crónicas del pasado en cada rincón adoquinado.

Ciutadella, antigua ciudad amurallada

Ciutadella estuvo protegida hasta el siglo XIX por una muralla. Todavía quedan vestigios visibles, por ejemplo, en el pintoresco puerto antiguo, justo al lado del Ayuntamiento. Esta muralla tenía cinco puertas. Una de ellas estaba en la Plaça d’Alfons III, también conocida como Plaça de Ses Palmeres. Aquí, cada 17 de enero, el día de Sant Antoni Abad, el ayuntamiento conmemora la entrada de las tropas catalanoaragonesas en 1287 y la conquista de Menorca, que en ese momento estaba bajo el control de los árabes almohades. Pero no es la única reminiscencia de la muralla: aún hoy en día las campanas de la catedral continúan tañendo al anochecer, de forma lenta y pausada, como se hacía antiguamente, para avisar a los habitantes del cierre de puertas de la ciudad. 

Casas señoriales

Uno de los vestigios más significativos de la nobleza y el poder que concentraba Ciutadella siglos atrás son las casas señoriales, situadas todas ellas dentro de los muros de la ciudad. La mayoría son de titularidad privada y solo se pueden contemplar desde fuera o se han convertido en hoteles de lujo, pero algunos propietarios han empezado a ofrecer visitas guiadas, lo cual es una estupenda oportunidad para admirar estos pequeños palacios por dentro. Otras tantas son hoy de titularidad pública, como Can Saura Miret, hoy Museo de Can Saura o Can Saura Morell, que alberga el centro de arte municipal. 

La Catedral de Menorca: gótico catalán salpicado por multitud de estilos

Nuestra travesía nos lleva a la majestuosa Catedral de Menorca, construida sobre las ruinas de una antigua mezquita por el rey Alfonso III. Este monumento de estilo gótico catalán es el edificio más alto de la ciudad, y su silueta se reconoce desde diferentes puntos del término municipal. Ha sufrido saqueos importantes y, por eso, se pueden detectar diversos estilos al pasear por sus naves, mientras nos sumergimos en el esplendor artístico y espiritual que ha impregnado la ciudad a lo largo de los siglos.

La farmacia Llabrés, la única joya modernista de Ciutadella

Entre los arcos del Passeig de Ses Voltes encontramos la antigua farmacia Llabrés, uno de los escasos vestigios del modernismo en Menorca. Las vidrieras del antiguo laboratorio farmacéutico son la joya principal dentro de un conjunto de mobiliario y elementos decorativos protegidos por su valor patrimonial. Esta farmacia se cerró en 1983. En 2009 fue dejada en herencia a los reyes Felipe y Letizia y a los nietos de los reyes eméritos por un acaudalado empresario menorquín. Con el objetivo de preservar este legado, los monarcas establecieron una fundación, la cual se encargó de restaurar la farmacia. Posteriormente, cedieron su uso a la Fundación para Personas con Discapacidad de Menorca, entidad que asumió la restauración del mobiliario y que, actualmente, gestiona las visitas al edificio.

La Plaça des Born, ayuntamiento y teatro

La plaza des Born, situada en el corazón de Ciutadella, es donde desemboca el entramado de callejuelas del casco antiguo de la ciudad. En su centro se alza un obelisco, construido en el siglo XIX, para conmemorar la resistencia y derrota de la ciudad ante los turcos en 1558. En verano, la Plaça des Born alberga un interesante mercadillo artesanal, donde se pueden encontrar piezas únicas de arte, decoración, joyería y moda mediterránea. La plaza también alberga el Ayuntamiento, antiguo real alcázar construido sobre un castillo musulmán. Completan la presencia de edificios emblemáticos el Teatre des Born, dos impresionantes casas señoriales, el Palau Salort i el Palau Torre-Saura y la modesta parroquia de Sant Francesc. 

El mercat des peix

Hay pocas cosas tan placenteras como recorrer el mercado de productos locales de Ciutadella. Situado en la Plaça de la Llibertat, es un estallido de aromas y colores que despiertan los sentidos. Este espacio, lleno de vitalidad, nos conecta con las tradiciones culinarias y artesanales de Ciutadella. Los productos locales, como quesos, embutidos, miel y pan artesanal, repostería, frutas, verduras, carnes y pescados, narran historias de generaciones que han sabido preservar la autenticidad de la isla. Además, el lugar está repleto de cafés y restaurantes auténticos donde sentarse y, simplemente, dejarse seducir por el encanto de lo auténtico. 

Ciutadella, en su belleza mediterránea, invita a explorar sus encantos a pie, ofreciendo una experiencia sostenible y enriquecedora para quienes buscan sumergirse en el legado de esta cautivadora ciudad de Menorca.