Islas Baleares, más cerca...a dos horas de Menorca

Es solo poner un pie en la isla y sentir la pureza del aire de esta Reserva de Biosfera. Su calma. La exuberancia de su verde paisaje, que brota libre en el 66% de su territorio protegido. Menorca es la isla verde de la calma. La isla bonita del Mediterráneo.

Una isla bonita rodeada por un camino con siglos de historia, el Camí de Cavalls, que permite recorrerla entera y descubrir sus increíbles paisajes a pie, en bicicleta o incluso a caballo.

La más septentrional de las Baleares cuenta con un agradable clima y guarda, como si fuera un tesoro esperando a ser descubierto, multitud de rincones secretos y leyendas mágicas y es el escenario inalterable de una cultura milenaria que llega a nuestros días como si el tiempo, en realidad, no hubiera pasado.

LA ISLA DE LOS GIGANTES MENORCA TALAYÓTICA
Ven y déjate sorprender por esa Menorca que es un museo al aire libre. Sus poco más de 700 kilómetros custodian más de 1.200 monumentos prehistóricos, la mayoría construidos con enormes piedras (megalitos), antigua morada de la cultura que la habitó, la cultura talayótica. Por eso, la pequeña perla verde de las Baleares es candidata a Patrimonio Mundial.

UNA ISLA VERDE DONDE CONTEMPLAR LAS ESTRELLAS
Menorca cuenta con innumerables espacios naturales protegidos, tanto en la costa como en el interior de la isla. El máximo exponente está en el Parque Natural de l’Albufera des Grau, una zona húmeda de gran valor ecológico, ornitológico y paisajístico. Menorca es, además, destino Starlight: un lugar incomparable para sentirse parte del infinito observando las estrellas y la Vía Láctea sobre nuestras cabezas con una increíble nitidez.

PARA PALADARES EXQUISITOS
Si por algo se distingue Menorca es por su gastronomía, apenas inalterable al paso del tiempo y salpicada por las culturas que la han habitado durante su historia. No puedes irte sin haber probado su repostería, la caldereta de langosta, sin saborear el menjar blanc o sin dejarte seducir por la delicadeza de sus vinos.