Explora la Reserva de Biosfera de Menorca en bicicleta
Día 1: Parc Natural de s’Albufera des Grau
No cabe duda que la mejor manera de visitar el Parc Natural de s’Albufera des Grau es en bicicleta. Está muy cerca de Maó, punto de partida de nuestra ruta, hay varios caminos para llegar hasta ella y ninguno de ellos te llevará más de media hora pedaleando. Una vez allí, tendrás la oportunidad de perderte entre dunas, estanques y verdes senderos mientras admiras el delicado y frágil ecosistema que lo habita.
El Parque Natural de s'Albufera des Grau es el corazón de la Reserva de Biosfera menorquina. Comprende más de 5.000 hectáreas y representa hábitats naturales diversos e, incluso, dispares: islotes, praderas de posidonia en el mar, lagunas, zonas húmedas y bosques. Dentro de sus límites habita una gran variedad de especies, algunas endémicas, como la lagartija balear o plantas como el socarrell, una especie de mata espinosa en forma de pompón.
La laguna de 70 hectáreas es uno de sus ecosistemas más singulares. Se trata de una laguna tranquila, silenciosa. Pasear por sus alrededores es todo un placer para los sentidos, y si estamos un rato en silencio seremos capaces de reconocer la presencia de multitud de especies de aves por su canto. En esta zona húmeda apenas hay depredadores y, por eso, es un refugio y reposo para multitud de aves migratorias y poblaciones estables de aves acuáticas, como la focha común o el águila pescadora.
Y bajo las aguas turquesas de Es Grau habita un verdadero bosque de posidonia oceanica, una planta marina con una enorme capacidad para absorber el dióxido de carbono y mantener las aguas limpias y oxigenadas; y también cymodocea. Ambas son refugio y fuente de alimento para numerosas especies marinas, además de ser fundamentales en la protección de la erosión de las playas y para la formación de la arena.
El paisaje agroforestal del parque se caracteriza por la alternancia entre pastizales, cultivos y áreas arboladas, proporcionando hábitats diversos para una amplia variedad de flora. Mantener este mosaico es esencial y constituye uno de los principales objetivos de la gestión del parque. Esta actividad tiene raíces antiguas, como se refleja en el rico patrimonio etnológico (pozos, barracas) y prehistórico (talayots) que se encuentra en el área.
No olvides visitar el Centro de Recepción e Interpretación Rodríguez Femenias, que está abierto todo el año de 9 h a 15 h y visitar la interesante exposición permanente S’Albufera des Grau, núcleo de la Reserva de la Biosfera.
Día 2: La Vall d’Algaiarens
La segunda etapa de nuestra ruta en bicicleta te lleva a través de La Vall, también conocida como Algaiarens, una zona de gran valor natural y cultural en la Reserva de Biosfera de Menorca. Se trata de un Área Natural de Especial Interés (ANEI), un lugar prácticamente virgen, con enormes extensiones de pinares y encinas centenarias que se retuercen creando formas imposibles y rincones mágicos en el bosque. La frondosa vegetación está salpicada por fincas agrícolas tradicionales aún en activo, campos de cultivo y paredes de piedra seca que delimitan caminos y prados.
Tienes varias opciones para comenzar la ruta: desde Ciutadella, desde Cala Morell o bien desde el aparcamiento de La Vall. La primera son unos diez kilómetros por carretera asfaltada hasta La Vall. La segunda son unos cinco kilómetros por el Camí de Cavalls y la última opción comienza directamente en el aparcamiento de la zona, para que solo tengas que disfrutar del entorno natural, la brisa entre los árboles y el silencio en uno de los espacios naturales mejor conservados, valiosos y queridos por los menorquines.
La biodiversidad de La Vall es asombrosa: podrás disfrutar de una gran variedad de flora y fauna autóctonas. No te sorprendas si avistas lagartija balear, conejos, erizos o incluso tortugas mediterráneas mientras exploras los senderos serpenteantes que atraviesan esta región.
El litoral es muy recortado, con grandes acantilados, cuevas y playas de arena (Es Tancats y la Platja des Bot). El paisaje costero es variado: hay sistemas dunares y zonas húmedas donde habita una especie de tortuga acuática. También hay un torrente que desemboca en la playa y charcas temporales, como sa Bassa Verda.
Al final del día, habrás experimentado la autenticidad de la Menorca más natural y habrás ganado una consciencia más profunda por su historia y su conexión con la tierra.
Día 3: El Barranc d’Algendar
La tercera etapa de nuestra ruta por los puntos calientes de la Reserva de Biosfera menorquina nos lleva hasta el Barranc d’Algendar. Se trata de uno de los accidentes geográficos más bellos e impresionantes de la isla, que marca de forma natural el límite entre los términos municipales de Ciutadella y Ferreries.
Llegar hasta el Barranc d’Algendar es sencillo, y existen varias formas de hacerlo: desde Ciutadella por el Camí Vell o directamente desde Ferreries, más fácil y rápido. En la rotonda de llegada a Ferreries desde Ciutadella, por la Me-1, hay que tomar el desvío hacia el Barranc d’Algendar y tras varios minutos encontraremos un aparcamiento, cerca de la casa de colonias.
El barranco es uno de los más profundos de la isla: tiene una longitud de 7 km y paredes de hasta 80 m de altura en algunos puntos. Es excavado por la acción del agua del torrente, que fluye todo el año con un caudal considerable, incluso en años secos. Esto se debe a que drena una amplia área desde el Pla Verd hasta el macizo de Santa Águeda y recibe aportaciones del acuífero de Migjorn, lo que crea una vegetación de ribera única en Menorca.
En seguida notarás el microclima del barranco. Esto propicia que crezca flora y fauna endémica, como la pampalonia. También es una zona protegida para las aves. De hecho, probablemente avistarás aves rapaces como el cernícalo, el milano o el halcón peregrino.
En las paredes del barranco hay dos cuevas, la cueva Murada, conocida desde la antigüedad, y la cueva del Càrritx, descubierta en 1995 y donde, recientemente, se ha producido un importante hallazgo arqueológico.
Pedaleando por los senderos sinuosos nos encontraremos con el Pas den Revull, un paso estrecho esculpido de forma natural en la roca que ha sido el principal nudo de conexión con el Barranc d’Algendar desde el Camí Reial. Este camino fue en el pasado la principal vía de conexión entre Ciutadella y Maó. No se descarta que su origen pudiera remontarse a la época romana. El tramo que une Ferreries con el Barranc de Algendar fue recuperado hace unos años por un grupo de voluntarios y voluntarias. Gracias a ellos hoy podemos disfrutar de este paraje singular y de su denso bosque de acebuches, encinas y matas que le confieren un aroma único y una belleza sin parangón.
Día 4: Sant Tomàs - Prat de Son Bou
La cuarta etapa de nuestra ruta en bicicleta por la Reserva de Biosfera nos llevará desde Sant Tomàs hasta el Prat de Son Bou siguiendo el Camí de Cavalls. Se trata de un tramo muy fácil, de tan solo seis kilómetros, prácticamente llano, que discurre mayormente por la costa y por un sendero que no pasa por las depresiones de los barrancos que desembocan en la costa.
Comenzarás la ruta en Sant Tomàs, una urbanización costera conocida por sus playas de arena blanca y aguas turquesas. Desde allí, seguiremos el Camí de Cavalls mientras nos adentramos en el paisaje rural menorquín. Los senderos te llevarán a través de antiguos caminos rurales, rodeados de campos verdes y bosques de pinos.
Por el camino observaremos la vegetación típica de los acantilados costeros, formada principalmente por plantas tolerantes a la salinidad. Pronto llegaremos a la marisma de Son Bou, una zona húmeda litoral de unas 80 hectáreas, una de las más grandes de Menorca, dispuesta casi en paralelo a la costa y separada del mar por un brazo de arena que forma la hermosa playa de Son Bou y Talis.
Antiguamente, en los años cincuenta, toda esta área estaba dedicada al cultivo de arroz, una historia que se entrelaza con la rica biodiversidad que hoy en día podemos apreciar. Se alimenta de dos torrentes que bajan por el barranco de Sa Vall o Son Boter, en la parte occidental, y el del Barranc des Bec, más al este. La vegetación cambia a carrizo, la correhuela mayor y la espadaña en las zonas encharcadas temporalmente, hasta diversas especies de plantas de agua dulce en las charcas más profundas. En la orilla, los juncos marinos le confieren un paisaje único y colorido.
A lo largo de todo el año, cientos de aves acuáticas pasan por aquí, y en primavera y verano muchas crían entre la densa vegetación. En invierno, abundan las especies de ánades y garzas y los cañaverales sirven de refugio nocturno para miles de estorninos, que llegan al atardecer creando formas hipnóticas en el cielo anaranjado.
A medida que vamos llegando al arenal, la vegetación se transforma, variando notablemente al llegar a las playas de Talis y Son Bou, donde aparece la vegetación dunar propia de estos entornos. ¡No olvides el chapuzón final para culminar la experiencia!
Día 5: Ciutadella - Cala en Turqueta
La última etapa de nuestra ruta en bicicleta por la increíble Reserva de Biosfera menorquina nos llevará a conocer algunas de las playas más bellas de la isla y de todo el Mediterráneo. Hablamos de las calas de la costa sur de Ciutadella, conocidas por su arena blanca, aguas turquesas cristalinas y su tranquilidad.
Tanto las calas como el entorno natural que las envuelven son un Área Natural de Especial Interés (ANEI) y zona tampón de la Reserva de Biosfera, esto es: una zona de elevado valor ecológico y paisajístico. Por ello, debemos ser especialmente respetuosos a la hora de transitar y disfrutar de estos bellos parajes que nos regala la naturaleza.
Existe la posibilidad de visitar toda la costa sur de Ciutadella, donde se encuentran 5 playas: el arenal de Son Saura, la diminuta calita de Es Talaier, Cala en Turqueta, Macarelleta y Macarella. Nosotros te proponemos llegar hasta Cala en Turqueta.
Hay dos opciones para llegar hasta ella: o bien desde Ciutadella por el Camí de Sant Joan de Missa, por donde compartirás carretera con vehículos a motor y disfrutarás de preciosas vistas a la campiña menorquina; o bien desde el Cap d’Artrutx por el Camí de Cavalls, nuestro sendero natural por excelencia, que discurre por la costa. En ambas, la distancia es más o menos la misma: entre 10 y 11 kilómetros.
Cala en Turqueta es una de las calas más bellas de Menorca. Está entre las puntas des Tambors y na Foradada, bajo la mirada de Talaia d’Artrutx. Esta playa virgen y aislada es el resultado de un entrante de mar que recorre 400 metros hasta llegar a tierra firme, formando esta paradisíaca cala, flanqueada por laderas acantiladas cubiertas de pinares, una estampa típica de la costa sur menorquina.
Tiene forma semicircular, con una lengua de rocas bajas que divide su fina arena blanca en dos mitades. Esta losa se adentra unos metros en el mar. Entre sus atractivas características se encuentran su agua cristalina y tranquila y su belleza mediterránea. Por eso, es una de las playas más populares de la isla y recibe muchos visitantes.
El aforo del aparcamiento es limitado y, una vez lleno, se prohíbe la entrada de vehículos a motor. Hay paneles informativos en la rotonda de entrada a la zona de playas que indican si el aparcamiento está completo. Estas indicaciones, sin embargo, no tienen efecto para los ciclistas, razón de más para visitarlas con este transporte tan sostenible.
Illes Balears Auténticas y Sostenibles