Descubre las bellezas naturales de la isla blanca
Día 1: Ses Salines
Prepárate para un día de aventura tranquila mientras te sumerges en los paisajes impresionantes de la Ibiza más auténtica, ancestral e histórica. La ruta de Ses Salines combina playa, unos paisajes de ensueño y una inmersión histórica en la emblemática Dalt Vila, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999.
Tu viaje comienza en la ciudad de Ibiza, donde la energía vibrante de la isla te da la bienvenida. Desde aquí, pedaleamos hacia la Platja d’en Bossa, una maravilla natural con sus aguas cristalinas y su arena dorada. Antes de llegar a Es Cavallet podrás contemplar las balsas de las salinas y la blanquísima parroquia de Sant Francesc de s’Estany. Su rectoría acoge el Centro de Interpretación del Parque Natural de Ses Salines de Ibiza y Formentera.
A medida que avanzamos hacia Cap d’Es Falcó, te maravillarás con las vistas de las salinas y las playas que se extienden ante ti. Este tramo te ofrece la oportunidad perfecta para detenerte, respirar profundamente y conectarte con la naturaleza de Ibiza.
Día 2: Ruta circular por las calas de Sant Josep
Una ruta clásica para los amantes de la mountain bike que abarca 31 km de recorrido y dura aproximadamente 3 horas. Es perfecta para bicicletas de montaña debido a sus ascensos y descensos variados.
El trayecto comienza con una suave ascensión hacia Sant Agustí, un encantador pueblo conocido por su arquitectura sencilla y bien conservada. Su iglesia fue bendecida en 1806 y es una de las pocas que está orientada al oeste, debido a una disputa entre dos familias que querían que la iglesia fuera construida en sus tierras. Al final, la iglesia ocupó una parte de los terrenos de ambas y fue construida de cara a los hogares de los propietarios. Continuando nuestra ascensión podrás disfrutar de vistas panorámicas que incluyen la majestuosa Talaia de Sant Josep, el icónico islote de Es Vedrà y una magnífica vista de la campiña, famosa por sus viñedos.
Desde aquí, la ruta desciende hacia la costa, donde el terreno se vuelve más llano. Este tramo costero ofrece espectaculares acantilados y playas de ensueño como la concurrida Cala Tarida, las Platges de Comte, un conjunto de pequeñas calas de gran belleza natural, famosas por sus espectaculares atardeceres y vistas de las islas S’Espartar, Es Bosc y Sa Conillera. Pasaremos también Cala Bassa, que parece una piscina natural rodeada de pinos y sabinas; y por el Port des Torrent, cuyo nombre proviene de su origen, en la desembocadura de un torrente, que formó un puerto natural alrededor del cual se ha desarrollado una zona residencial y turística.
Cada cala ofrece un rincón único para descansar, disfrutar de la luz y los colores de las calas de Ibiza: el azul cielo de sus aguas, el dorado de la arena y los verdes de la hermosa vegetación mediterránea que las rodean. Es una ruta para zambullirse una y otra vez y llenarse de la energía del mar Mediterráneo.
Día 3: Santa Gertrudis de Sa Fruitera
Vaya por delante que la ruta de Santa Gertrudis supone un desafío para los que no están acostumbrados a la bicicleta. Son 30 kilómetros de ruta, de dificultad media, con varios tramos de subida y una duración total de unas 3 horas. Se trata de un itinerario ideal para los entusiastas del ciclismo que buscan una experiencia más intensa y natural.
El recorrido empieza en la pintoresca pedanía de Santa Gertrudis, un precioso núcleo rural situado en una encrucijada que lo conecta con Eivissa, Sant Miquel, Sant Llorenç y Sant Mateu. En el centro, destaca la iglesia inaugurada en 1797 y por sus terrazas, donde es tradición de residentes y turistas sentarse a la fresca para disfrutar de un buen bocadillo.
Atravesamos las típicas viviendas ibicencas y campos de cultivo y nos dirigimos a Es Broll, uno de los puntos más destacados de la ruta. Se trata de una fuente de agua natural rodeada de vegetación exuberante, que ofrece un lugar perfecto para descansar y disfrutar de la naturaleza.
La ruta también pasa por Es Riu de Santa Eulària y Sa Font de Cotella, donde se encuentra una granja con diversos animales y un centro de hípica. El regreso al punto de partida permite a los ciclistas completar un circuito variado y estimulante, repleto de vistas espectaculares y experiencias locales auténticas.
Día 4: Santa Eulària
En esta ocasión, te proponemos una ruta sencilla por Santa Eulària des Riu, una preciosa localidad de la costa este ibicenca con mucho encanto. Destaca por la iglesia de es Puig de Missa, que es un templo fortificado, y por ofrecer servicios y ocio durante todo el año. También alberga el Museo Etnológico de la isla, un romántico paseo marítimo, un puerto deportivo y un precioso puente romano. Además, la costa de Santa Eulària está repleta de amplios arenales y preciosas calas, como Cala Llonga, Cala Nova, Cala Llenya y s’Aigua Blanca.
Esta ruta es la número 7 de la red de itinerarios de cicloturismo de Santa Eulària y que puedes consultar aquí. Se trata de un paseo corto y agradable de 17 km que se completa en aproximadamente 1 hora y 30 minutos. Es apta tanto para bicicletas de montaña como de carretera, debido a su firme y poco desnivel. Esta ruta es perfecta para explorar el interior de la isla, a través de la que descubrirás bonitos paisajes rurales y campos de cultivo.
Una de las visitas obligadas es el Puig de Missa. Fue construida en el siglo XVI y un testimonio fascinante de la historia y la arquitectura de la isla. Su estructura fue diseñada no solo como lugar de culto, sino también como refugio defensivo para la población local en tiempos de invasiones piratas. Hoy en día, siguen siendo monumentos históricos y un punto de interés turístico, ya que son el testimonio de la resiliencia del pueblo ibicenco en el pasado.
El recorrido rodea el Puig d’en Ribes, un monte de 220 metros que proporciona un telón de fondo impresionante al viaje. Puedes continuar subiendo hasta Sa Creu den Ribes, una pequeña capilla de apenas 5,54 metros de largo y 4,30 metros de ancho. Sin embargo, este pequeño templo es uno de los más antiguos de la isla. Según una creencia local, tienes que dar siete vueltas sobre ti mismo antes de acceder a la capilla para evitar disputas con familiares y amigos. Todos los años, coincidiendo con la festividad del Primer Domingo de Mayo, los fieles celebran una romería hasta la cima de la montaña para visitar la capilla y cumplir con todas las tradiciones que envuelven este pequeño templo de devoción popular.
Con esta ruta conectarás con la parte más auténtica de Santa Eulària, descubrirás su campiña y campos de cultivo y la ganadería ovina existente en la zona.
Día 5: Sant Carles
Continuamos en el término municipal de Santa Eulària en una ruta poliédrica que incluye compras, playa y cultura. Comienza en el animado núcleo urbano de Sant Carles que, rodeado de almendros, higueras y algarrobos, alberga auténticas casas payesas y una iglesia blanca ibicenca construida en 1785, con un singular campanario.
Sant Carles es también hogar del famoso mercadillo hippie de Las Dalias. Fue inaugurado en 1985 con cinco puestos y hoy cuenta con más de 250, que exhiben prendas de vestir, creaciones artísticas, piezas de artesanía, objetos decorativos, bisutería y objetos únicos de todo el mundo.
El recorrido es sencillo: se trata de una ruta de 17 km con una duración aproximada de 1 hora y 30 minutos, ideal para quienes buscan combinar ciclismo con exploración cultural y natural. La ruta es apta para bicicletas de montaña debido a su variado terreno.
La ruta se dirige hacia la costa en sentido antihorario. Pararemos en Cala Mestella, un lugar pintoresco y tranquilo ubicado en la desembocadura de un torrente y donde se encuentra un pequeño varadero con casetas de pescadores o escar, como le llaman en Ibiza.
La siguiente parada es Cala Boix, con su finísima y oscura arena y sus aguas transparentes. Si deseas parar y darte un chapuzón, ten en cuenta que tendrás que bajar una escalinata empinada para acceder a la cala.
Finalmente, visitaremos el Pou des Lleó, un rincón singular rodeado de tradicionales casetas de pescadores.
Uno de los puntos más destacados es la Torre d'en Valls, una fortificación circular bien conservada que proporciona vistas panorámicas de la costa y de la cercana isla de Tagomago.
El regreso a Sant Carles se realiza por el interior, pasando cerca de Es Figueral, conocida también como la playa de las higueras debido a la abundancia de estos árboles en la zona. Al norte se encuentra la cala s’Aigua Blanca, uno de los rincones nudistas más populares de la isla.
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