Un viaje por la figura del aristócrata y naturalista Luis Salvador de Habsburgo, un aventurero incansable que quedó fascinado por la belleza de las Islas Baleares
Su amor por la naturaleza y el paisaje y el estudio de lugares que visitó nos han dejado un legado imperecedero. El Archiduque Luis Salvador fue el primer gran viajero, un pionero que impulsó la proyección de la isla de Mallorca más allá de sus fronteras.
Hijo del Gran Duque de la Toscana Leopoldo II y de María Antonieta Borbón Dos Sicilias, el Archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena nació en Florencia el 4 de agosto de 1847. La unificación italiana en 1859 forzó el exilio de la familia, que partió de la Toscana en busca del amparo del Imperio Austro-Húngaro.
A partir de entonces su vida se transformó en una incansable andadura por la geografía europea, convirtiéndose en un constante aprendiz que llegó a hablar catorce lenguas. Su desembarco en Mallorca, le convirtió en un enamorado de la naturaleza, los paisajes y la cultura de nuestras islas hasta sus últimos días, falleciendo el 12 de octubre de 1915 en Brandeis an der Elbe (Praga, Bohemia).
El Archiduque llegó por primera vez a Baleares en verano de 1867 con la idea de escribir un libro sobre escarabajos y descubrió unas islas de inmensa belleza, repletas de parajes naturales únicos como la Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tal fue el flechazo que en 1872 compró y restauró la preciosa finca de Miramar, situada en la población de Valldemossa, de la que tenía noticias a través de estudios sobre la figura de Ramón Llull.
En los años sucesivos fue adquiriendo las fincas adyacentes, como la de Son Marroig, ubicada en el idílico municipio de Deià y así, con el tiempo, llegó a poseer la mayor parte de las posesiones situadas entre Valldemossa y Deià, un conjunto de miradores espléndidos de la costa brava mallorquina que dedicó al cultivo de hortalizas, árboles frutales y viñas.
La labor de conservación de los espacios naturales y la construcción de senderos de montaña y miradores que impulsó el Archiduque Luis Salvador, permiten hoy a los visitantes de nuestras islas disfrutar de enclaves privilegiados como el Monasterio de Miramar y la Casa Museo de Son Marroig, que además de impresionantes vistas de la Serra de Tramuntana y del mar Mediterráneo, acogen sendos museos dedicados a preservar y divulgar la emblemática figura de este aventurero que, en palabras de Josep María Llompart, “actuaba como un científico curioso y enciclopédico, abocado a las más fabulosas aventuras, como un héroe de Julio Verne”.
Residencia real del siglo XIV, núcleo de la Real Cartuja de Valldemossa
Una maravilla de la naturaleza
Casa Museo Son Marroig: homenaje al archiduque Luis Salvador de
Uno de los monasterios más importantes de Mallorca, relacionado con Ramon Llull
Uno de los principales atractivos patrimoniales y turísticos del municipio
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