Jardín Misericòrdia

Lo que fue el jardín botánico de la ciudad en el siglo XIX, es ahora uno de los jardines públicos con mayor encanto de la ciudad. Los dos espacios en los que se divide, sombrean los muros del Centro Cultural de la Misericordia, en origen, una institución de caridad situada junto al Hospital General, en el que el jardín debía suministrar plantas medicinales.

El visitante debe acceder al recinto por una portalada de estilo regionalista, levantada en la década de 1930, cuando se habilitó el jardín más moderno del conjunto. Los caminales son anchos y discurren entre jardineras espaciosas donde los arbustos mediterráneos comparten espacio con una colección de escultura que se va enriqueciendo progresivamente. Una alineación de plataneros singulariza el jardín, que sirve de complemento perfecto a la biblioteca que alberga el edificio.

A los pies de los altísimos muros laterales del conjunto se encuentra el jardín más antiguo, que fue completamente reformado a finales del siglo XIX según un proyecto del arquitecto mallorquín Joan Guasp, y nuevamente rehabilitado un siglo más tarde. A pesar de los cambios radicales, conserva dos de sus elementos característicos: el muro de cierre, con verja y pilastras con capiteles decorados con motivos florales, y el impresionante ficus macrophylla, de visita ineludible por los amantes de la flora.