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    Ruta de los molinos por Mallorca

    Descubre antiguas construcciones mientras practicas senderismo en Mallorca

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Día 1: Montuïri, tierra de molinos

Mallorca no sería la misma sin su paisaje trufado de molinos. De hecho, cuenta con una densidad inaudita de molinos de distinta índole. Se han contabilizado más de 3.000 en toda la isla.Tenían varios usos: moler grano, sal, elaborar pimentón para hacer sobrasada o extraer agua. Por eso, no es extraño cruzarse con alguna de estas construcciones en las rutas de senderismo que se despliegan por toda la isla.

Hoy comenzamos nuestra ruta en Montuïri, un pintoresco pueblo mallorquín, cuna de molinos que revelan el pasado harinero de la región. La jornada de hoy nos llevará a recorrer sus calles empedradas y a descubrir su esencia agrícola, tan arraigada en la cultura de esta región.

El primer punto de interés es el Molí des Fraret, un molino de harina del siglo XVIII que hoy alberga el Museo Arqueológico de Son Fornés. Este museo monográfico ofrece una fascinante muestra del material arqueológico recuperado en el yacimiento, con piezas que datan del primer milenio antes de nuestra era. Es un viaje en el tiempo que nos permite conocer la prehistoria de Mallorca, con especial atención a la etapa megalítica. Durante todo el año, se pueden realizar visitas guiadas. 

Dejando atrás el museo, nos adentramos en las encantadoras calles de Montuïri, paseando por la Plaça Vella, el Carrer Major y la Plaça Major. Este recorrido nos lleva hasta Es Molinar, la zona más antigua y elevada del pueblo. Este lugar fue perfecto para la instalación de molinos de viento harineros en el siglo XVII. Movidos por la fuerza del viento, fueron esenciales para moler los cereales cultivados en los campos colindantes y elaborar pan, alimento básico de la época.

Aunque la llegada de la electricidad marcó el final de su uso tradicional, muchos de estos molinos aún se conservan. Aquí encontramos ocho: el Molí d’en Vermell, d’en Nofre, d’en Serra, d’en Ferrando, d’en Perons, y al final de la calle, los molinos de n’Andreu, d’en Tevet y d’en Rigo.

Uno de los más emblemáticos es el Molí d’en Ferrando, que forma parte del moderno edificio público de Es Molinar. Aquí, una amplia explanada nos permite disfrutar de impresionantes vistas del entorno natural que rodea Montuïri antes de continuar la ruta.

El último molino de la jornada es el Molino de Can Ballester, también conocido como de Can Comelles. Tomamos el Camí Sud y después de 1 kilómetro andando entre los fértiles campos de cultivo de la región encontramos este molino de viento harinero, singular por sus reducidas dimensiones y restaurado en el año 2000. La visita a este peculiar molino es un perfecto punto y seguido para nuestra primera jornada explorando los molinos de Mallorca.



Día 2: Molinos de Manacor y Sant Llorenç des Cardassar

El segundo día de nuestra ruta por los molinos de Mallorca nos lleva a explorar los encantos de Manacor y Sant Llorenç des Cardassar, dos localidades que han conservado su rica tradición agrícola a través de sus históricos molinos.

Comenzamos la jornada en Manacor, en el Molí den Fraret, un molino de harina que ha sido testigo de la historia local desde al menos el siglo XVIII. Este molino ya aparecía en el Plan iconographico de Jeroni de Berard en 1784 y continuó en funcionamiento hasta 1937. La torre del molino es una de las más altas de Mallorca, con sus cinco niveles y aproximadamente 15 metros de altura.

Desde 1969, el molino es propiedad del Ayuntamiento de Manacor y en 2006 el Consejo de Mallorca restauró su torre, reinstalando el chapitel y las aspas. Posteriormente rehabilitó el casal y lo convirtió en la sede de la sección etnológica del Museo de Historia de la ciudad. Este museo ofrece una interesante exposición sobre la historia de Manacor y sus tradiciones.

Este es el inicio de la ruta, pero hay más. Desde Manacor vas a caminar unos 9 kilómetros hasta Sant Llorenç des Cardassar a través de la Vía Verde Manacor - Artà. Esta antigua vía ferroviaria conectaba el este de Mallorca y hoy es un sendero perfecto para disfrutar del paisaje mallorquín. El camino se sumerge en un paisaje característico del campo mallorquín, con verdes o dorados campos de cultivo de cereal, algarrobos, almendros y huertas que muestran la riqueza agrícola de la región.

A medio camino, merece la pena hacer un desvío para visitar la basílica paleocristiana de Peretó, cuyos restos se encuentran muy cerca de la carretera MA-15. Después de cruzar con precaución, podremos explorar este fascinante sitio arqueológico, un recordatorio de la presencia cristiana temprana en la isla.

La Vía Verde nos lleva finalmente a Sant Llorenç des Cardassar, donde descubrimos una colección de antiguos molinos de agua y harina, como el Molí d’en Ferrer, construido en el siglo XIX. Este molino es un ejemplo de la arquitectura industrial de la época. Consta de una planta rectangular dividida en tres naves paralelas. Otras paradas obligadas son el Molí d’en Bou, que albergó durante años un famoso restaurante con una estrella Michelin y el Molí d’en Gras, restaurado en 1991 para convertirse en una tienda de antigüedades y un espacio cultural.

La ruta culmina con la visita al Molí d’en Ros, un molino que tiene su propio lugar en la literatura mallorquina, mencionado en la novela "Flor de Card" de Salvador Galmés i Sanxo. 



Día 3: Molinos de Son Servera

En el tercer día de la ruta por los molinos de Mallorca continuaremos aprovechando la Vía Verde Manacor - Artà, que te llevará desde los campos de cultivo de Sant Llorenç des Cardassar hasta la localidad costera de Son Servera en una ruta de 12 kilómetros.

Esta ruta te llevará por un paisaje que va cambiando los verdes y dorados del campo mallorquín por los azules de la costa mediterránea. A medida que avanzamos hacia Son Carrió, el terreno se vuelve más accidentado, con pequeños cerros cubiertos de bosque mediterráneo. El camino serpentea entre lentiscos, acebuches, pinos y encinas, hasta alcanzar el torrente Ses Planes, donde cruzamos un puente único con “balcones” que antiguamente servían para refugiarse del tren.

Pronto llegamos a la estación de San Miguel, en Son Carrió, una modesta parada que ahora alberga un punto de información turística. Desde aquí podemos explorar este encantador pueblo, conocido por sus tradicionales panaderías donde se pueden adquirir delicias locales como las panades y coques.

Al dejar atrás Son Carrió, la Vía Verde te conducirá por un tramo llano y cercano al mar. Pasamos por el túnel de Sa Punta, escoltado por caseríos rurales, y salimos a una nueva recta que nos brinda una primera visión amplia del mar. Aquí, se puede ver la playa de Sa Coma, Punta N'Amer y Cala Millor, con la posibilidad de observar las olas rompiendo contra los acantilados en días de tormenta.

El siguiente tramo nos lleva a sortear Na Penyal, una montaña de interés histórico, antes de llegar a Son Servera. Aquí, la antigua vía se une a un carril bici que nos conduce directamente a la localidad o a la playa de Cala Millor. 

En Son Servera, es imprescindible visitar el Molí de Sang, ubicado en las antiguas escuelas. La particularidad de este molino es que no era traccionado por la fuerza del viento o del agua, sinó por la fuerza de un animal. Además, también es único por el material que molía: aquí se trituraban pimientos autóctonos de la variedad tap de cortí, un cultivo típico de la zona que tiene un gran valor histórico. Con él se elabora el pimentón que condimenta la sobrasada tradicional de Mallorca.

Otro molino destacado es el Molí de Ca s'Hereu. Se trata de un molino de viento harinero próximo al campo de fútbol municipal y restaurado el año 2009 por el Consell de Mallorca. Consta de una torre entera sin base con piedras irregulares. A pesar de que se desconoce su fecha exacta de construcción, su altura de 6,20 metros y su robusta estructura lo hacen un testimonio impresionante de la historia agrícola de la región.

Finalmente, te proponemos visitar el Molí dels Germans, situado en la calle Eucaliptus de la urbanización costera de Cala Millor. Este molino y el estanque contiguo son vestigios de la historia agraria previa al desarrollo turístico de la zona, hoy uno de los destinos más populares de Mallorca.



Día 4: Molinos de Llinars

Hoy te proponemos cambiar de ubicación a la Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2011. En concreto, al municipio de Pollença. Se trata de una zona con poca densidad de molinos, a diferencia de otros municipios del interior de Mallorca. Sin embargo, aquí encontrarás una muestra de molinos hidráulicos de la época musulmana, mientras disfrutas de una ruta de senderismo sencilla, preciosa y adecuada para hacerla en familia. 

El trayecto comienza en el Camí Vell de Lluc. Parte desde el refugio del antiguo matadero de Pollença y atraviesa la hermosa Vall d’en Marc, rodeada por las majestuosas cadenas montañosas del Puig Tomir y el Puig Gros de Ternelles. Sigue el curso de los torrentes de Sant Jordi y Son Marc y llegarás al kilómetro 3,6 de la carretera de Pollença a Lluc, donde encontrarás el acceso al Camí de Llinars.

Este camino asfaltado te conduce por un paisaje espectacular. Al norte, destaca un acantilado de rocas rojizas que, tras lluvias intensas, se transforma en el impresionante salto de agua conocido como el Salt de Llinars. A medida que asciendes, te encontrarás con seis antiguos molinos hidráulicos. Estos molinos utilizaban el agua de la fuente de Llinars para moler trigo, aprovechando la pendiente de la ladera para generar la fuerza necesaria.

Las vistas desde este camino son magníficas, con panorámicas sobre la Vall den Marc, el Puig de Maria, y la sierra de la Coma y Fartàritx. Al final del recorrido, los dos últimos molinos te ofrecen la oportunidad de explorar más rutas, como las de Penyes Vermelles, Puig Gros de Ternelles, o Penya del Migdia, aunque estas requieren experiencia y preparación debido a su dificultad y escasa señalización.

Te recomendamos regresar por el mismo camino para visitar las Passadores de Can Serra, unas piedras que permiten cruzar el torrente de Son Marc. Aquí también podrás disfrutar de la impresionante entrada de la possessió de Can Serra, flanqueada por plátanos de sombra de gran tamaño.

Esta excursión ofrece una combinación única de patrimonio histórico y natural de Mallorca, perfecta para poner el broche final a nuestra ruta senderista de 4 días para descubrir los caminos rurales de la isla y una representación de sus molinos. 



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