Descubre esta tradición que nació de la necesidad y que hoy se ha convertido en todo un símbolo de la cultura mediterránea
Desde cestas y capazos hasta las icónicas esparteñas. Descubrir la espartería en Formentera es sumergirse en el arte de convertir una resistente fibra mediterránea en auténticas obras de arte. Cada pieza representa la herencia y la creatividad de los artesanos isleños, quienes han mantenido viva esta tradición generación tras generación. Hoy, estos objetos se han adaptado a nuestro tiempo sin perder su autenticidad e invitan a los visitantes a llevarse un pedazo de su legado.
El esparto, una fibra resistente y flexible, fue en su día una materia prima esencial para los habitantes de Formentera. Debido a la insularidad y a las reducidas dimensiones de la isla, sus habitantes llevaban una vida austera y autosuficiente, y esta fibra era el recurso perfecto para fabricar todo tipo de objetos de uso diario.
Con ella se elaboraban cuerdas, cestas y hasta las suelas de las tradicionales esparteñas, el calzado preferido en la isla hasta bien entrado el siglo XX. Cada familia tenía algún experto en la técnica, transmitida de generación en generación, y las largas noches de invierno se reunían para realizar el trabajo de trenzado mientras charlaban sobre sus asuntos.
El arte de trabajar el esparto
Tanto el esparto “picado” como el “crudo” solían importarse de fuera de la isla. La fabricación comenzaba en pleno verano, momento en que la planta alcanzaba su mejor punto de maduración. Tras el corte, las hojas se almacenaban y luego se ablandaban durante semanas en el agua del mar, un paso esencial para dotarlas de la flexibilidad necesaria. Después, se extendían al sol hasta volverse más claras, momento en que quedaban listas para el trenzado. Con la fibra ya preparada, los artesanos elaboraban la “llata”, una trenza ancha que, cuidadosamente cosida, adquiría forma en manos expertas.
Cada objeto demandaba horas de trabajo. Las esparteñas, por ejemplo, representaban el ingenio y la pericia del artesano que las creaba: requerían precisión en la confección, así como un ajuste perfecto a la medida de cada pie.
Por otra parte, la fabricación de cestas y capazos era un oficio cotidiano que se realizaba durante el invierno o los días de lluvia. Cada pieza se creaba para cumplir una función específica: llevar el grano, recoger abono, atar al ganado o transportar el almuerzo a los campos. Algunos de los objetos más comunes eran las cestas y capazos, usados para cargar alimentos y herramientas de trabajo.
La espartería de Formentera hoy
A pesar del paso del tiempo, la espartería en Formentera ha sabido adaptarse sin perder su esencia. Las esparteñas contemporáneas se han convertido en una tendencia mundial, y los mercados y tiendas de artesanía ofrecen cestas y capazos modernos, sombreros y accesorios de moda. Cada pieza conserva la autenticidad de su confección manual y el encanto de los diseños tradicionales, mientras se adaptan a las tendencias actuales. Los visitantes pueden encontrar objetos únicos y llevarse un pedazo de esta tradición centenaria a casa.
Illes Balears Auténticas y Sostenibles